𝗙𝗶𝗻𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮 𝗲𝗹 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿 𝗠𝘂𝗻𝗱𝗶𝗮𝗹 𝗱𝗲 𝗙𝘂́𝘁𝗯𝗼𝗹 𝗦𝗮𝗹𝗮 𝗙𝗲𝗺𝗲𝗻𝗶𝗻𝗼 𝗰𝗼𝗻 𝗹𝗮 𝗦𝗲𝗹𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝗕𝗿𝗮𝘀𝗶𝗹 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝗖𝗮𝗺𝗽𝗲𝗼𝗻𝗮𝘀 𝘆 𝗘𝘀𝗽𝗮𝗻̃𝗮 𝗲𝗻 𝘁𝗲𝗿𝗰𝗲𝗿𝗮 𝗽𝗼𝘀𝗶𝗰𝗶𝗼́𝗻. 𝗣𝗼𝗿𝘁𝘂𝗴𝗮𝗹 𝗦𝘂𝗯𝗰𝗮𝗺𝗽𝗲𝗼𝗻𝗮𝘀.
El pasado domingo siete de Diciembre se cerró la que ha sido la primera edición de un Mundial de Fútbol Sala Femenino organizada y auspiciada por FIFA.
Los pronósticos apuntaban a que las Campeonas saldrían de la terna formada por brasileñas, españolas y portuguesas. No hubo sorpresas y Brasil, gran dominadora durante todo el Torneo se alzó con el triunfo imponiéndose en la Final a Portugal. Las nuestras se llevaron la medalla de bronce al ganar a Argentina en el partido por el tercer y cuarto puesto.
Brasil ha dado una imagen impecable durante todo el torneo. Eran las grandes favoritas. La clave estaba en el partido de semifinales, ya que dado el sorteo y si todo iba como tenía que ir, brasileñas y españolas se iban a ver las caras es una final anticipada. Todos sabíamos que quien ganara esa eliminatoria sería casi con toda probabilidad las Campeonas del Mundial. Brasil se llevó el partido ante España y posteriormente ganó a Portugal en la Final. La generación de las Amandinha, Lucileia, Taty, etc.. unidas a jugadoras como Emilly Marcondes o Ana Luiza entre otras, ya tiene su merecido Mundial.
𝗘𝘀𝗽𝗮𝗻̃𝗮 𝗰𝘂𝗺𝗽𝗹𝗶𝗼́ 𝘆 𝗴𝗮𝗻𝗼́ 𝗹𝗮 𝗠𝗲𝗱𝗮𝗹𝗹𝗮 𝗱𝗲 𝗕𝗿𝗼𝗻𝗰𝗲:

Nuestra Selección, en un ejercicio de resiliencia, se sobrepuso a las importantes bajas de Ana Luján en las semanas previas y a las de Mayte Mateo y Peque en el día previo al inicio del Mundial. Tres bajas fundamentales de jugadoras que solo por su carrera deportiva ya se habían ganado su derecho a estar en el Mundial de Fútbol Sala Femenino.
A pesar de las bajas la diferencia de nivel actualmente es tal que a España le tenía que dar para llegar hasta Semifinales sin apenas problemas. Y así fue. Las nuestras pasaron la fase de grupos y los cuartos sin más sobresaltos que los típicos nervios por el escenario al que no estaban acostumbradas algunas jugadoras. Pero más allá de esas dudas iniciales, las nuestras llegaron a las semifinales según lo previsto.
El sorteo caprichoso apuntaba a que si todo iba normal, nos las veríamos con Brasil en Semifinales. Y así fue. El partido ya es historia. La canarinha se aprovechó de un inicio dubitativo de las nuestras para adelantarse en el marcador y luego se limitó a jugar con el resultado. España estaba fuera de la Final y nos tocaba pelear contra Argentina por la medalla de bronce. En el partido por el tercer y cuarto puesto victoria de las nuestras y medalla de bronce para una selección que cumplió los pronósticos.
Si de Filipinas, la generación brasileña de Amandinha y Lucileia salen como Campeonas del Mundo, la nuestra de las Peque, Dany Domingos, Ana Luján, etc…gana una merecida medalla de bronce. A partir de ahora el futuro es de las hermanas Córdoba o de Ana Luiza y Emilly Marcondes. Acaba el primer Mundial Femenino de Fútbol Sala y se cierra una extraordinaria generación de jugadoras que han allanado el camino para todas las que vendrán.
𝗚𝗿𝗮𝗻 𝗼𝗿𝗴𝗮𝗻𝗶𝘇𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝗙𝗜𝗙𝗔 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘂𝗻 𝗠𝘂𝗻𝗱𝗶𝗮𝗹 𝗰𝗼𝗻 𝗮𝗽𝗲𝗻𝗮𝘀 𝗽𝘂́𝗯𝗹𝗶𝗰𝗼 𝗲𝗻 𝗹𝗮𝘀 𝗴𝗿𝗮𝗱𝗮𝘀:

Se echa el cierre a un Mundial en el que FIFA ha estado a la altura de lo que un evento de tal magnitud requería. Gran organización. Trabajo constante de difusión por todos los canales posibles. Emisión por streaming de todos y cada uno de los partidos del Mundial. Publicación en tiempo real de numeroso material informativo y de difusión de lo que estaba sucediendo. etc…En definitiva utilización de todos los recursos que la gran maquinaria que es la FIFA, tiene a su disposición para hacer el mejor evento posible. Es de agradecer que FIFA se haya tomado el Mundial como lo que era: una cita trascendental que debe poner las bases para las próximas ediciones.
Solo un par de «peros». La afluencia de público, no nos engañemos, ha sido escasa. Solo las semifinales con tres mil espectadores y la jornada Final con cinco mil se salvan de un Mundial en el que la media de público apenas ha superado los mil asistentes. Tampoco se percibía en el ambiente de Manila que allí se estaba disputando el primer Mundial de Fútbol Sala Femenino. Apenas algún cartel por las calles pero poco más. Ni los trabajadores de los hoteles más cercanos al Phil Sports de Manila sabían que se estaba jugando el Mundial. Da la sensación de que no se ha sabido transmitir al aficionado local la importancia y trascendencia del evento que durante dos semanas se iba a celebrar en su ciudad. Si ya había dudas cuando se eligió Filipinas como país organizador del Mundial, la poca afluencia de público e interés mostrado por los filipinos, no ha hecho más que confirmar los malos presagios que se tenían en cuanto a como iban a estar las gradas.
Y no nos queremos olvidar tampoco del bajo nivel, salvo honrosas excepciones, del nivel arbitral. Al Mundial van las mejores selecciones, con las mejores jugadoras del Mundo y dirigidas por las mejores seleccionadoras. Es de ley que vaya también las mejores árbitros o los mejores. Da igual. Al final las jugadoras lo que quieren es que el nivel de arbitraje se corresponda con el de la competición. Y es que estamos en un Mundial al que deben ir las mejores. No puede haber tanta diferencia entre unas colegidas y otras. Hay que hacérselo mirar.
Pasamos página del primer Mundial Femenino de Fútbol Sala. En el horizonte ya esta el Europeo del 2027 y más allá el Mundial del 2029. Filipinas ha sido un antes y un después. El fútbol sala femenino esta muy vivo y necesita de eventos tan importantes y tan significativos como un Mundial. No podía que el fútbol sala femenino no tuviera su cita. A partir de aquí toca seguir trabajando para hacer crecer a un fútbol sala femenino que tiene en el fútbol a su gran amenaza.
Veremos
José A. Valle
Fotos: FIFA/RFEF